Misión del Observatorio de Investigación (año 2013):

Directora del Grupo de Investigacion Silvia Velasco Navarro

“La Exclusion Residencial se define como aquella situación en la que una persona o familia es apartada de forma permanente de los mecanismos de provisión residencial que una sociedad organiza para resolver las necesidades de vivienda de su población. Con sus propios recursos económicos esa persona no podrá resolver sus necesidades de vivienda y se verá siempre abocada a situaciones de dependencia, o bien a vivir en condiciones de infravivienda” (Cortes Alcala, 1997)
La vivienda puede actuar en muchos casos como un factor desencadenante de problemas de inestabilidad, al mismo tiempo la expulsión de la vivienda es otro problema en la disolución de los núcleos familiares.
Ahora bien, desde la puesta en marcha de iniciativas como centros y/o servicios de mediación (en función de cada CCAA tiene distinta denominación pero identicos fines) existe una nueva forma de afrontar la exclusión residencial desde la optica de métodos alternativos de resolución de conflictos como la mediación y la negociación.
Los valores socio-culturales que promueven el sobreendeudamiento familiar lleva a estudiar con profundidad aspectos psicosociales, economicos y legales que unen sus esfuerzos para encontrar otras vias de solución siempre desde la metodologia rigurosa de cada disciplina que participa en esta investigación.
Por tanto el fin ultimo del Observatorio es el siguiente:
1. Profundizar en la situación familiar, reconducir la inestabilidad familiar y su devolución a la sociedad evitando el aislamiento y estigmas sociales derivados de la perdida del hogar.
2.Revitalizar los valores fundamentales , alejar la alienación y la anomia social, recuperar la cooperación y la solidaridad comunitaria.
3. Empoderar a todos los miembros familiares (familia nuclear y extensa) en la mejora de su bienestar, apoyo social y busqueda de nuevos horizontes en la inclusión residencial, laboral y social.
4. Mostrar, enseñar y difundir métodos alternativos de resolución de conflictos que sean útiles para la defensa de los derechos básicos y la dignidad necesarias en cualquier situación adversa.
5.Promover modelos sociales menos litigantes y más acordes con la cultura de mediación en las familias y en la sociedad en general.